Antifaz de sonrisas...

Aunque a veces no las veamos, todos llevamos una y nos las quitamos en la soledad o con las personas a las que queremos más que a nada...

¿Lo sabéis?

¿Qué se esconde tras una máscara?

¿Qué se esconde tras TU máscara?

Escala hasta el cielo

Un hada amarilla volaba hacia la luna, huyendo de la tierra,buscando mas alla, explorando estrellas, observando la negrura infinita y deseando posarse en borde de algún planeta.

La pequeña criatura dejaba su polvo mágico cada vez que movía sus alas, por lo que, en su huida, bañó a gran parte de la población con su ferviente locura por llegar al espacio... Tan poco se preocuparon esas personas de sus vidas desde aquel momento que casi no parecían humanos, ¿Qué más da si hay personas muriéndose de hambre? Mejor busquemos una forma de llegar a la luna... ¿Qué importa si hay personas sin hogar? Encontremos la forma de apagar una estrella...

Y el hada llegó al espacio, negro, infinito, solo, frio... Y extrañó la calidez de la tierra, el sonido de sus zapatitos de tela pisar las hojas de algún árbol. Extrañó la sonrisa de los niños mientras dormían calentitos, en sus camas, en las noches de invierno.

El sol le hacía daño, y las estrellas le quemaban, todo era fuerte y agresivo allá arriba y la tierra, azul y verde, se veía tan bonita desde las estrellas... Que decidió volver, y desde allí, desde la cuna de los sentimientos, los sentidos, desde el lugar en que podia tocar, oler, escuchar ya fueran cosas agradables o no siempre es mejor que la nada del espacio, alli, observar las estrellas que de lejos, pequeñas e inofensivas, no la lastiman y se muestran preciosas en su lejanía, miesteriosas e indescifrables en tantos sentidos. Y el espacio, visto desde la tierra permite soñar, permite imaginar, pero comprendió, que si estamos en la tierra no deberiamos intentar subir a las estrellas...

Es una pena, que las personas afectadas por su magía aún no comprendan lo que tan pronto comprendió el hada...

Siénteme

Siente mi mano helada en tu espalda cálida, como una caricia de hielo que entibia las entrañas.

Prueba de la vida.


VIVE, SIENTE, SALTA, SUEÑA.

Tómame la mano o al menos un dedo ya sea el más pequeño de todos... y caminaremos juntos.

Sintiendo, Viviendo.

Ahora.
Siempre.

Una estrella brillaba a lo lejos, y ella, soñadora desde su balcón la contemplaba, los rótulos fosforescentes, las luces de los coches y las farolas no le permitían ver las estrellas, por eso cuano tenía la oportunidad de ver al menos una, lo hacía largo rato.

Se acurrucó en su gran manta rosa, sentada en el suelo de su balcón y ya no oyó los coches, ya no veía las farolas, todo estaba oscuro y el cielo... repleto de estrellas brillantes.

Le gustan los árboles, las flores, los arbustos, el césped, le gusta la naturaleza virgen y odia los rascacielos, los coches, el asfalto...

Ya no encuentra bosques en que perderse, prados en que tumbarse, las grandes extensiones de flores han sido destruidas por grandes extensiones de casas, todas iguales...

Lo irreal se come la tierra, lo malo nos quita lo bueno, es decir, se eliminan prados con flores y bosques con árboles centenarios, buenos para la armósfera, los animales y nosotros mismos para sustituirlos por casas de vacaciones que irradiarán CO2, que gastarán energía...

Todo lo natural, lo bueno, lo bello, está desapareciendo, se está cubriéndo de plástico, piedra, asfalto, cambiamos nuestro mundo lleno de vida por uno nuevo, uno gris, irreal, muerto, plastificado...

Este mundo no tiene sentido, y se rien de Alicia y de su pais de las maravillas al que yo encuentro más sentido que al mio propio...





















Sólo una estrella brilla en el cielo, y pronto, otro falso resplandor tapará su luz...

Entonces, solo una estrella brillará, pero esta vez lo hará en el suelo, cubierta por una gran manta rosa en el balcón de una vieja habitación.

Recuerdos entre miradas...

Tres años sin verse, mil cosas que contar ambos habian cambiado pero no suponían cuanto. Y alli estaban en aquella plaza, fascinados con su visión. Uno frente al otro, contándose la vida con la mirada, todo pasó por sus mentes, sonrisas, abrazos, besos, canciones, frases, caricias, gestos, objetos, todo en un segundo, pasó por sus ojos, los de ella empañados en lágrimas y no pudo más, dió un paso y lo abrazó, lo abrazó muy fuerte y hundió la cabeza en su pecho, llorando, y aspiró su olor, que le producía un nudo en la garganta, recuerdos, felicidad.

Era él, su amigo, de verdad, y ya no importaban los problemas porque estaban juntos y se ayudarían.Tocó su pelo suave, su rostro terso, miró sus ojos claros y acarició sus labios carnosos. Ahora estaba en paz. Plena y feliz porque su amigo estaba con ella.

Vuelta a la vida

Tumbada en su montón de hojas, a la niña de las trenzas se le nublaba la vista de lágrimas saladas.

Era bonito tumbarse allí a soñar con cuentos de hadas pero pensó en todos los niños que no podían hacerlo y lloró y lloró, acurrucada en su montón de hojas. Se giró sobre un costado y vio a los niños del parque jugar y chillar y ella amparada en la sombra de su árbol lloró aún más pensando que todos los niños deberían poder hacer eso y que no era así.

Apoyó la cabeza en sus rodillas y abrazándose, con los ojos llorosos, perdió su mirada y sus pensamientos en tierras lejanas.

En el colegio le hablaron de muchos problemas por ser el día de la paz y la niña de las trenzas se preguntó: ¿Por qué sólo hay un día de la paz? ¿No debería ser cada día un día de paz?

Vio a las madres del parque criticándose unas a otras, vio a dos hermanas discutir por una muñeca.

Volvió a tumbarse en su colchón anaranjado y abrazándose cerró los ojos muy fuerte y voló, voló lejos a un mundo mejor, a una estrella lejana donde amontonó un puñado de hojas otoñales y se evadió imaginando sonrisas, carcajadas, abrazos. Imaginó el terminar un libro apasionante, el reencuentro de dos viejos amigos, un abrazo de amistad, un niño el día de reyes, sonrisas de enamorados, miradas soñadoras y besos de amor, cariño, alegría, pasión...

Y comprendió que por todo eso merecía la pena volver a la tierra, apretarse los lazos de las trenzas, ajustarse las botas de agua rojas, dejar de soñar y empezar a vivir.